martes, 20 de agosto de 2013

MIL Y UNA FORMA DE ROBAR AL ESTADO



MIL Y UNA FORMA DE ROBAR AL ESTADO

Esta Colombia mía, la Colombia que alguna vez fuera el país del Sagrado Corazón de Jesús pero que por una reforma constitucional fue rebajada a país Ateo, es el país donde lo más torcido puede ser y puede fructificar sin control alguno
 
La corrupción es la madre de todos nuestros males, es generadora de pobreza, de desigualdad, de diferenciación social, la corrupción trae miseria, y promueve el delito en todas sus variaciones, y hace  que cada día la mayoría sean más pobres y unos pocos sean cada día más y más ricos.

La estructura política se ha desarrollado en función de la corrupción, todo está dado para enriquecerse a costillas de los demás pese a incontables normas que intentan desarrollar  controles para reducir la corrupción, pero que en el fondo son solo sofismas, y gracias al ingenio colombiano, ese maravilloso ingenio para lo malo, permite crear nuevas y más sofisticas formas para burlar la ley y sacarle provecho.
 
Para ilustrar hasta donde llega la corrupción, intentare hacer un pequeño listado de las formas más abominables de corrupción, lo que no significa que sean las únicas porque aquí todo lo que se hace a nivel del Estado lleva su tajada asegurada.

La salud, derecho fundamental, que permite garantizar la vida, la volvieron un negocio, si, ya sé que el tema es trillado, pero sigue siendo un de las formas más perversas de robar, dado que los recursos que pagamos los colombianos, ya sea como contributivos, o el Estado, con nuestros impuesto, en lo subsidiado, ha servido para llenar las arcas de familias poderosas, mafias de la peor calaña, a costas del dolor ajeno, y es más, a costa de la muerte de niños, mujeres y ancianos, y que en cierta forma constituye una modalidad de homicidio culposo, porque robar los dineros que estaba destinados a salvar vidas en peor que disparar un arma.


Los precios de los medicamentos, incrementados bajo la complacencia del Estado en  1, 2, 3 y hasta mil veces en su precio internacional, es otra forma infame de robar, el truco está en que los encargados de controlar que esto no ocurra  lo permiten gracias a jugosas comisiones que dan las farmacéuticas para que no vean, no escuchen, no opinen, no controlen.

Este fenómeno de los precios desafortunadamente no se da solo a nivel de los medicamentos, prácticamente casi todo lo que se comercia en el país (ya sea de la exigua producción nacional o los bienes importado) sufre un extraordinario incremento en los precios de venta final, con la condiciones de que parte de esa diferencia vaya a los bolsillos de los funcionarios que tiene el deber de controlar y que podemos verlo en precios como la gasolina, los insumos agropecuarios, de construcción, del transporte, etc. etc., generando un escalamiento de los costos de vida que hacen cada más pobre al país pero que engordan cual marranos a unos pocos.

Y como funciona este sistema, los cargos públicos en su gran mayoría son cuotas políticas de Caciques y Gamonales, algunos disfrazados de Congresistas, Diputados, Concejales, los cuales nombran en ellos a funcionarios corruptos quienes deben actuar de una u otra forma y pagar al que les consiguió el puesto una parte del botín que logren sacar.  No hay nombramientos altruistas, todo tiene una finalidad y si un ciudadano no se presta a ello sencillamente nunca conseguirá trabajo.
 
En la contratación publica se observa el mismo fenómeno, no hay  licitación pública que no esté previamente direccionada para un determinado contratista, los pliegos cual camisa se confeccionan según la talla del cliente de tal forma que sea solo él y nada más que él es el que se la gane, a cambio de importantes comisiones que van del 10% al 30% e incluso más del valor del contrato.

En obras públicas las comisiones suelen ser del 20%, en suministro del 30%, en consultorías llegan incluso al 50%, conllevando a que las obras, suministros y servicios que se prestan sea de la peor calidad.

Por ello las vías se deterioran a los 6 meses, las escuelas se caen al año, los bienes suministrados se dañan una vez desempacados, y los estudios y proyectos no sirven para nada, siendo la mayoría un copie y pegue.

La modificación de normas para beneficiar a determinados sectores de la economía es también otra forma de corrupción, sacan normas generales, luego a través de modificaciones comienzan a generar excepciones y diseñan sofisticados requisitos cuya única finalidad es que cierta empresas tributen menos pero clavando de paso a los demás, todo esto gracias al pago de sobornos o comisiones.

La justicia, la que debería ser incólume también ha sido carcomida por la corrupción,  con dinero se cierra procesos y con dinero se hace que se le habrá procesos a los contrarios o a los enemigos, las sentencias se reducen, las sanciones desaparecen y a veces incluso se logra que hasta los expedientes desaparezcan.
 
Las campañas a Presidencia, Gobernaciones y Alcaldías son otro gran ejemplo, pese a que la ley fija topes que pueden ser gastados en campañas, el ponqué es tan grande que requieren gastar mucho más, especialmente en la compra de conciencias, pero estos recursos no salen del patrimonio del candidato sino que son aportados por negociantes que apuesta el todo por el todo con el compromiso de que los recursos que dan en campaña sean devueltos triplicados o quintuplicados mediante contratos amañados.

Como mencione, esto es solo una pequeña lista, de las mil y una formas de robar al Estado y a la sociedad colombiana.

Piénsalo, a la vuelta de la esquina donde tu estas, en este momento te están atracando, no necesariamente con un puñal, pero si  mediante actos de odiosa corrupción.

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