MIL Y UNA FORMA DE ROBAR AL ESTADO
Esta Colombia mía, la Colombia que
alguna vez fuera el país del Sagrado Corazón de Jesús pero que por una reforma constitucional
fue rebajada a país Ateo, es el país donde lo más torcido puede ser y puede
fructificar sin control alguno
La corrupción es la madre de todos nuestros
males, es generadora de pobreza, de desigualdad, de diferenciación social, la corrupción
trae miseria, y promueve el delito en todas sus variaciones, y hace que cada día la mayoría sean más pobres y
unos pocos sean cada día más y más ricos.
La estructura política se ha
desarrollado en función de la corrupción, todo está dado para enriquecerse a
costillas de los demás pese a incontables normas que intentan desarrollar controles para reducir la corrupción, pero que
en el fondo son solo sofismas, y gracias al ingenio colombiano, ese maravilloso
ingenio para lo malo, permite crear nuevas y más sofisticas formas para burlar
la ley y sacarle provecho.
Para ilustrar hasta donde llega la corrupción,
intentare hacer un pequeño listado de las formas más abominables de corrupción,
lo que no significa que sean las únicas porque aquí todo lo que se hace a nivel
del Estado lleva su tajada asegurada.
La salud, derecho fundamental, que
permite garantizar la vida, la volvieron un negocio, si, ya sé que el tema es
trillado, pero sigue siendo un de las formas más perversas de robar, dado que
los recursos que pagamos los colombianos, ya sea como contributivos, o el
Estado, con nuestros impuesto, en lo subsidiado, ha servido para llenar las
arcas de familias poderosas, mafias de la peor calaña, a costas del dolor
ajeno, y es más, a costa de la muerte de niños, mujeres y ancianos, y que en
cierta forma constituye una modalidad de homicidio culposo, porque robar los
dineros que estaba destinados a salvar vidas en peor que disparar un arma.
Los precios de los medicamentos, incrementados
bajo la complacencia del Estado en 1, 2,
3 y hasta mil veces en su precio internacional, es otra forma infame de robar,
el truco está en que los encargados de controlar que esto no ocurra lo permiten gracias a jugosas comisiones que
dan las farmacéuticas para que no vean, no escuchen, no opinen, no controlen.
Este fenómeno de los precios
desafortunadamente no se da solo a nivel de los medicamentos, prácticamente casi
todo lo que se comercia en el país (ya sea de la exigua producción nacional o
los bienes importado) sufre un extraordinario incremento en los precios de venta
final, con la condiciones de que parte de esa diferencia vaya a los bolsillos
de los funcionarios que tiene el deber de controlar y que podemos verlo en
precios como la gasolina, los insumos agropecuarios, de construcción, del
transporte, etc. etc., generando un escalamiento de los costos de vida que
hacen cada más pobre al país pero que engordan cual marranos a unos pocos.
Y como funciona este sistema, los cargos
públicos en su gran mayoría son cuotas políticas de Caciques y Gamonales, algunos
disfrazados de Congresistas, Diputados, Concejales, los cuales nombran en ellos
a funcionarios corruptos quienes deben actuar de una u otra forma y pagar al
que les consiguió el puesto una parte del botín que logren sacar. No hay nombramientos altruistas, todo tiene
una finalidad y si un ciudadano no se presta a ello sencillamente nunca conseguirá
trabajo.
En la contratación publica se observa el
mismo fenómeno, no hay licitación pública
que no esté previamente direccionada para un determinado contratista, los
pliegos cual camisa se confeccionan según la talla del cliente de tal forma que
sea solo él y nada más que él es el que se la gane, a cambio de importantes comisiones
que van del 10% al 30% e incluso más del valor del contrato.
En obras públicas las comisiones suelen
ser del 20%, en suministro del 30%, en consultorías llegan incluso al 50%, conllevando
a que las obras, suministros y servicios que se prestan sea de la peor calidad.
Por ello las vías se deterioran a los 6
meses, las escuelas se caen al año, los bienes suministrados se dañan una vez
desempacados, y los estudios y proyectos no sirven para nada, siendo la mayoría
un copie y pegue.
La modificación de normas para
beneficiar a determinados sectores de la economía es también otra forma de corrupción,
sacan normas generales, luego a través de modificaciones comienzan a generar excepciones
y diseñan sofisticados requisitos cuya única finalidad es que cierta empresas
tributen menos pero clavando de paso a los demás, todo esto gracias al pago de sobornos
o comisiones.
La justicia, la que debería ser incólume
también ha sido carcomida por la corrupción,
con dinero se cierra procesos y con dinero se hace que se le habrá
procesos a los contrarios o a los enemigos, las sentencias se reducen, las
sanciones desaparecen y a veces incluso se logra que hasta los expedientes
desaparezcan.
Las campañas a Presidencia, Gobernaciones
y Alcaldías son otro gran ejemplo, pese a que la ley fija topes que pueden ser
gastados en campañas, el ponqué es tan grande que requieren gastar mucho más, especialmente
en la compra de conciencias, pero estos recursos no salen del patrimonio del
candidato sino que son aportados por negociantes que apuesta el todo por el
todo con el compromiso de que los recursos que dan en campaña sean devueltos triplicados
o quintuplicados mediante contratos amañados.
Como mencione, esto es solo una pequeña
lista, de las mil y una formas de robar al Estado y a la sociedad colombiana.
Piénsalo, a la vuelta de la esquina donde
tu estas, en este momento te están atracando, no necesariamente con un puñal,
pero si mediante actos de odiosa corrupción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario