La destrucción de la Democracia
Representativa
Democracia es una forma de
organización social que atribuye la titularidad del poder al conjunto de la
sociedad. En sentido estricto, la democracia es una forma de organización del
Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por el pueblo mediante
mecanismos de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus
representantes. En sentido amplio, democracia es una forma de convivencia
social en la que los miembros son libres e iguales y las relaciones sociales se
establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
La democracia se define
también a partir de la clásica clasificación de las formas de gobierno
realizada por Platón, primero, y Aristóteles, después, en tres tipos básicos:
monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno «de los mejores» para
Platón, «de los menos», para Aristóteles), democracia (gobierno «de la
multitud» para Platón y «de los más», para Aristóteles).
Hay democracia directa cuando
la decisión es adoptada directamente por los miembros del pueblo.
Hay democracia indirecta o
representativa cuando la decisión es adoptada por personas reconocidas por el
pueblo como sus representantes.
Por último, hay democracia
participativa cuando se aplica un modelo político que facilita a los ciudadanos
su capacidad de asociarse y organizarse de tal modo que puedan ejercer una
influencia directa en las decisiones públicas o cuando se facilita a la
ciudadanía amplios mecanismos plebiscitarios. Estas tres formas no son
excluyentes y suelen integrarse como mecanismos complementarios.
No debe confundirse República
con Democracia, pues aluden a principios distintos, la república es el gobierno
de la ley mientras que democracia significa el gobierno del pueblo.
El nuevo fenómeno
representado por el Ex Presidente Álvaro Uribe Vélez quien anuncio formalmente
que aspirará al Senado de la República, y para ello anuncio una lista cerrada de
50 personas que lo acompañaran en la aspiración (muchas con cuestionados antecedentes legales y morales) pone en peligro
el principio de la Democracia Representativa, dado que está ampliamente
demostrado que quien sacara la votación para la citada Lista Cerrada será Uribe
y no sus acompañantes.
El por qué el Ex presidente
escoge la opción de Lista Cerrada y no Abierta está claro, sabe que sus candidatos
no tiene fuerza electoral, no tienen capacidad para sacar los votos suficientes
para llegar por si mismos al Congreso, y requieren por lo tanto de la sombra de
Uribe para poder lograr un escaño en la Cámara y el Senado.
Esta situación significa un ataque
frontal para la democracia, se supone que el Congreso está conformado por representantes
de la sociedad, es decir, allí deben llegar aquellas ciudadanos que en un
proceso electoral limpio y transparente obtengan la máxima votación posible de
tal forma que representen al mayor número de ciudadanos posibles con los cuales
adquiere un compromiso político, moral y social para actuar en representación de
estos.
Al no llegar por votación propia
sino por los votos que les genere el Ex presidente Uribe, estos nuevos
Senadores y Representantes no estarán representando a nadie sino a sí mismos y
al Ex presidente, es decir, no tendrán ninguna responsabilidad social ni moral
ni política con los ciudadanos, dado que estos no votaron por ellos sino por
Uribe.
En este sentido, las futuras
leyes que se voten, la discusión de los temas más importantes del país, la definición
de políticas y la aprobación de las inversiones que requiere el país y la
sociedad no estará siendo realizada por representantes reales del pueblo colombiano
sino por ciudadanos que lograron una coronar una curul a la sombra de un candidato
con una cuestionada popularidad, rompiendo con esto totalmente los principios fundamentales
de la democracia participativa y por lo tanto rompiendo con los pilares fundamentales
del Estado Colombiano.
Si a esto le sumamos los profundos
cuestionamientos que tienen la mayoría de los candidatos que propone Uribe, algunos
por delitos contra el Estado, otros por
nexos con el narcotráfico y la mayoría por nexos con el paramilitarismo, podríamos
concluir que el Congreso de la Republica volverá a ser tomada por las mafias tal como ya
ocurriera en el nefasto periodo 2002 2010 de Álvaro Uribe Vélez
@eticcos
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