“HOMO
HOMINI LUPUS” (EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE)
Colombia
es un país bello, tropical, con variedad de climas y paisajes, de sus entrañas
mana leche y miel, es tal la cantidad de riqueza que tienen que pese al saqueo
español, al saqueo criollo y al saqueo extranjero, aun hay mucho para repartir.
Lo
malo es que esta repartición no es equitativa, pues solo se hace entre pocos
frente a la vista atónita de muchos que pasan saliva viendo como las riquezas se malversan y no les toca ni
las sobras.
Los
pueblos y regiones mineras, en forma extraña, pese a la riqueza que generan,
son las más pobres del país, con mayores tasas de morbimortalidad y mayores
niveles de desempleo.
En
la superficie de mi patria pululan especies altamente dañinas, destructivas,
guerrillas sin corazón, quienes tienen ofuscada su mente y que solo ven en la
muerte y la destrucción la opción para el cambio, que tanto proclaman,
“DESTRUYAMOS TODOS PARA RECONSTRUIR DE LAS CENIZAS”, parece ser su credo, pero
hoy en día ya la sociedad no les cree, pues en su “lucha” de mas de 50 años,
solo han sembrado dolor, muerte, y desesperanza.
Otras
especies aun mas mortíferas son los paramilitares, enfermedad postmodernista
que se ha dedicado a destruir sin miramientos, a cometer las peores atrocidades
conocidas, a desaparecer gente, asesinar en forma masiva y sembrar el terror,
como si esa fuera la solución a los males de Colombia.
Otra
especie que también ha hecho mucho daño es el narcotráfico, que termina
estimulando y apoyando a las dos anteriores, traficando con sustancias que
embrutecen y dañan al ser humano, generan falsas riquezas y destruyen los
valores sociales, y que al final, también termina cometiendo todo tipo de
atropellos y actos abominables contra el ser humano.
Guerrilla,
Paramilitares, Narcotráfico, “Lobos del Hombre”, que viven de la depredación y
la destrucción.
Pero
hay otra especie que por su naturaleza, por su posición es mucho peor que las
tres anteriores combinadas, que han hecho mas daño, porque están enquistadas
dentro de la institucionalidad, dentro de la sociedad, que pasan como seres
humanos decentes, como lideres, como Pro-Hombres”, que es la clase social
“Política”, esta “dirigencia” corrupta por naturaleza, hacedores de las leyes,
administradores de la justicia, dueños de la economía, tomadores de decisiones
que siempre buscan beneficiar solo a ellos mismos, verdadero cáncer del país que ya hizo
metástasis, que salió del closet, y de las penumbras y actúan en forma impúdica
y desvergonzada delante de todos sin que haya nadie que lo pueda detener.
Lo
Corruptos y los “Políticos aun mas corruptos”, han saqueado por generaciones y
generaciones al país, viven cual parásitos de la sociedad y del Estado, lo
saquean todos los días y nunca se llenan, mueren los padres y continúan los
hijos, visten bien, viven bien y besan a
los niños en campañas políticas, pero en el fondo, son parásitos, sus corazones y sus mentes son de
degenerados, de gente impía, de garavitos, de gente cruel, porque solo un ser
perverso puede robarse el dinero de la salud
a sabiendas que por ello morirán niños, mujeres y ancianos.
Colombia
esta destrozada, hoy día los homicidios son el pan de cada día, los atentados,
las desapariciones, los secuestros, las extorciones, siguen sembrando el dolor
en el corazón de los colombianos y destruyendo las familias, todo frente a un
Estado que se ve incapaz de controlarlo porque muchos de sus actores y
promotores están enquistados dentro de él mismo.
“Homo
homini lupus” (el hombre es un lobo para el hombre, Thomas Hobbes, Filosofo
(1588-1679)) nos describe bien este fenómeno, donde pocos viven a costillas de
los demás, depredándolos, usándolos, destruyéndolos poco a poco.
Cuando
pensamos en homicidios, solo pensamos en el acto de un ser perverso
disparándole a otro, pero también es homicidio cuando un niño muere por desnutrición
como consecuencia de que los recursos destinados para alimentarlos se los
roban, o cuando un paciente llega a una Clínica y le niegan los servicios, el
arte de matar ha evolucionado hoy en día a formas insospechadas.
Solo
cuando tomemos conciencia de todo esto es que la sociedad y el mismo Estado,
dentro de la “institucionalidad”, dentro del gran “Pacto Social” que
suscribimos y que se conoce como “La Constitución Política” es que podremos
comenzar a cambiar.
La
guerra y la violencia solo genera mas guerra y más violencia, los cambios se
deben hacer voluntariamente, dentro del marco de la ley, con procesos
consensuados, concertados, pactados, donde se logre la verdadera equidad
social, donde podamos recuperar los valores
mas sagrados que son la base para vivir en sociedad, donde se generen
las oportunidades y donde todos podamos prosperar dentro de la diversidad de
opiniones, de culturas y de razas, respetándonos los unos a los otros y de paso
respetando al país, al medio ambiente y su biodiversidad.
“Colombia
merece una segunda oportunidad, no podemos seguir depredandonos entre todos
nosotros”.
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