viernes, 22 de febrero de 2013

NO SOY JURISTA, GRACIAS A DIOS, PORQUE ES LA PROFESIÓN MÁS TORCIDA QUE HAY



NO SOY JURISTA, GRACIAS A DIOS, PORQUE ES LA PROFESIÓN MÁS TORCIDA QUE HAY

No soy jurista, gracias a Dios, porque es la profesión más torcida que hay, y no porque los abogados sean torcidos sino porque la ley la tuercen todos los días.
 
No acabas de estudiar y asimilar el Código Penal, la ley minera o de estudiar el código de Régimen Municipal, cuando al otro día la han reformado una y otra vez.  Si a esto le agregas las interpretaciones jurisdisprudenciales de las altas cortes, que hoy dicen una cosa y mañana dicen otra te genera desvelos al ver que lo que tu entendías ahora ya no es así sino de otra forma.
 
Mas agravante resulta cuando la ley se comercializa y los procesos y los fallos es el resultad de la compra venta de conciencias, donde se observa que un proceso se dilata contantemente para lograr la preclusión o cuando pese a las pruebas y gravedad de los actos y los hechos, un juez exonera al inculpado.
 
Sumémosle a esto los preacuerdos de los organismos investigadores como la Fiscalía donde bajo el supuesto de una colaboración del inculpado, propone rebajas que vuelven ridícula la aplicación de la ley, haciendo que valga la pena delinquir, como esta ocurriendo según parece con los Nule, quien pagarías 5 o 10 año y saldrían a disfrutar de los miles de millones que se robaron.
 
Estudiar derecho es lo más difícil que hay, la medicina es incluso más fácil, en un país donde se legislan todos los días para acomodar la ley según las circunstancias y las conveniencias.  En este sentido, parece ser más fácil  estudiar y ejercer el derecho en países donde el derecho es consuetudinario y no  normativo o extensamente reglado como el nuestro.
 
Los contantes cambios en la normatividad ponen en riesgo a la sociedad, porque genera inseguridad jurídica, y mas en un país donde un ciudadano de a pie mata a una persona y le dan 30 años, pero un  paramilitar asesina 1.000 y le dan solo 8 años de prisión negociados.
 
Colombia sufre un desorden legal, la ley esta viciada, esta adulterada, esta manoseada hasta mas no poder, se requiere una reforma estructural, desde los mas básicos principios que involucren los mas caros valores y principios éticos y morales.
 
No podemos continuar con un sistema legal donde al que roba un caldo de gallina le aplique 8 años de cárcel y al que roba el sistema de salud ande suelto y disfrutando del dolo.
 
Respeto mucho a los abogados, la inmensa mayoría son honestos y creen en lo que hacen, pero también hay algunos que cuando dos campesinos se pelean la propiedad de la vaca, esta al final esta termina siendo del abogado.

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