NO SOY
JURISTA, GRACIAS A DIOS, PORQUE ES LA PROFESIÓN MÁS TORCIDA QUE HAY
No soy jurista, gracias a Dios, porque es la
profesión más torcida que hay, y no porque los abogados sean torcidos sino
porque la ley la tuercen todos los días.
No acabas de estudiar y asimilar el Código Penal,
la ley minera o de estudiar el código de Régimen Municipal, cuando al otro día
la han reformado una y otra vez. Si a
esto le agregas las interpretaciones jurisdisprudenciales de las altas cortes,
que hoy dicen una cosa y mañana dicen otra te genera desvelos al ver que lo que
tu entendías ahora ya no es así sino de otra forma.
Mas agravante resulta cuando la ley se comercializa
y los procesos y los fallos es el resultad de la compra venta de conciencias,
donde se observa que un proceso se dilata contantemente para lograr la
preclusión o cuando pese a las pruebas y gravedad de los actos y los hechos, un
juez exonera al inculpado.
Sumémosle a esto los preacuerdos de los organismos
investigadores como la Fiscalía donde bajo el supuesto de una colaboración del
inculpado, propone rebajas que vuelven ridícula la aplicación de la ley,
haciendo que valga la pena delinquir, como esta ocurriendo según parece con los
Nule, quien pagarías 5 o 10 año y saldrían a disfrutar de los miles de millones
que se robaron.
Estudiar derecho es lo más difícil que hay, la
medicina es incluso más fácil, en un país donde se legislan todos los días para
acomodar la ley según las circunstancias y las conveniencias. En este sentido, parece ser más fácil estudiar y ejercer el derecho en países donde
el derecho es consuetudinario y no
normativo o extensamente reglado como el nuestro.
Los contantes cambios en la normatividad ponen en
riesgo a la sociedad, porque genera inseguridad jurídica, y mas en un país
donde un ciudadano de a pie mata a una persona y le dan 30 años, pero un paramilitar asesina 1.000 y le dan solo 8
años de prisión negociados.
Colombia sufre un desorden legal, la ley esta
viciada, esta adulterada, esta manoseada hasta mas no poder, se requiere una
reforma estructural, desde los mas básicos principios que involucren los mas
caros valores y principios éticos y morales.
No podemos continuar con un sistema legal donde al
que roba un caldo de gallina le aplique 8 años de cárcel y al que roba el
sistema de salud ande suelto y disfrutando del dolo.
Respeto mucho a los abogados, la inmensa mayoría
son honestos y creen en lo que hacen, pero también hay algunos que cuando dos
campesinos se pelean la propiedad de la vaca, esta al final esta termina siendo
del abogado.
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