sábado, 7 de septiembre de 2013

COLOMBIA, UNA SOCIEDAD DE TERMITAS



COLOMBIA, UNA SOCIEDAD DE TERMITAS

"UN POCO DE SÁTIRA POLÍTICA PARA REFLEXIONAR"

Esta Colombia mía, esta Colombia del alma cada día me sorprende más,  no es fácil entender a sus ciudadanos que se niegan a asimilar el orden maravilloso de las cosas, diseñado nada más ni nada menos que por la misma naturaleza, madre de todo lo que existe.

Nuestro país es una nación moderna y progresista, donde la existencia de las clases sociales son la única regla que garantiza la bienaventurada prosperidad democrática, y pretender romper esas clases e igualar los derechos entre todos es atentar contra la solidez del Estado y amenazar con mandar todo al traste.

Los Colombianos somos todos unos igualados, pretendemos que nos toque la mermelada de la prosperidad a todos por igual, eso es ser ilusos, es más que sabido que esta no alcanza para todos y por lo tanto es deber del Estado repartirla sabiamente.  La mermelada no se puede medio  untar solo para dar un medio  saborcito dulce a las cosas porque pierde la gracia, no señor, se debe untar bien y en buena cantidad y solo en aquellos panes que valgan la pena.

Las clases sociales se hicieron, y sépanlo bien señores, para diferenciar  la gente buena de la mala, y por gente buena me refiero  a los de “buena familia”, los de raza, los de pedigrí, los de abolengo, los que han trazado una historia y una alcurnia que debe poder ser demostrada a través de la historia del país.

Ser de “Buen Familia” no es para cualquiera, es un término que está destinado solo y exclusivamente para  aquellos que tienen por destino dirigir el país y la economía, los que tendrán la difícil carga de tomar las más duras decisiones en pro de garantizar precisamente la existencia de esas clases sociales que son tan necesarias en toda sociedad.

Para demostrar este hecho innegable, miremos un ejemplo, el caso emblemáticos de la naturaleza, la sociedad  las termitas,  seres maravillosos que Dios hizo como modelo de sociedad, en ella hay clases sociales como en la nuestra, hay una reina, que es la que tiene la responsabilidad de poner y cargar los “huevitos”;  los zánganos que tienen la responsabilidad de inseminarla todos los días (ahhh, quien fuera zángano) y libar sus mieles, proceso necesario para que ella garantice la continuidad de la especie; los soldados, que se encargan de proteger a la reina y los zánganos de los obreros descontentos, y los obreros que forman la base de la sociedad  de las termitas y que se diferencia entre sí en gran cantidad de oficios, unos buscan la comida, otros la procesan, otros construyen los nidos, los caminos y las casas donde puedan vivir plácidamente y en formas segura la reina y los zánganos y otros que se encargan de hacer limpieza social sacando del nido las obreras viejas e inservibles o las que han muerto luego de cumplir su vida útil.  Eso, es un ejemplo de sociedad, porque la naturaleza es sabia, y nadie puede contradecir a la naturaleza.

Esta sociedad perfecta de las termitas no tiene forma cuadrada ni circular sino piramidal, sí señor, la Reina arriba, como nuestros Presidente, los zánganos un poquito más abajo, no mucho, como nuestros congresistas y políticos, los soldados más abajo para generar la barrera infranqueable entre las obreras y los niveles de la reina y los zánganos, como nuestras fuerzas armadas y de policía, y abajo, en la base de esa pirámide, la inmensa mayoría de obreras haciendo lo que tienen que hacer, trabajar y trabajar para garantizar la supervivencia de la colonia.

Sin embargo, como en toda sociedad hay imperfecciones y a veces  salen unas obreras con ínfulas de superioridad, minúsculas bacterias atrevidas que osan mirar hacia arriba de la escala social, envidiosos de los que están arriba y que desean treparse y usurpar sus posiciones, alterando el orden natural de las cosas, amenazando con el caos social, con la misma supervivencia de la sociedad.

Imagínense una termita agrícola de reina, por Dios, no tiene sentido, o una termita constructora ocupando el lugar de un zángano, sino no saben nada de política y además su aparato reproductor no sirve, esas termitas  son revolucionarias, son atrevidas y para eso está la clase social de soldados, para atajarlas, subyugarlas y ponerlas en su sitio y si no aprenden, exterminarlas porque son un peligro social.

Todo en la sociedad de las termitas está planificado, reglado, cual Constitución Política, y es deber de toda la sociedad piramidal hacer respetar ese orden natural de las cosas, y como en toda sociedad, se requiere desarrollar sistemas de alertas tempranas para evitar el desastre, de ahí que hay soldados con capacidad para interceptar a las obreras, no solo en lo físico sino en las comunicaciones, con habilidades extraordinarias para chuzar y saber lo que piensan y poder  intervenir antes de que se genere una sublevación que altere el orden natural de las cosas.

Estas clases sociales, tiene grandes responsabilidades, cada una dentro de su especialización, pero como hay responsabilidades también hay derechos, imagínense una sociedad sin derechos, sería un desastre, la Reina tiene derecho a ser  reina, eso es natural, los huevitos son suyos, también eso es natural, ella es la que manda, la que piensa, la que tiene la responsabilidad de garantizar la preservación de la especie, por ello requiere trato especial, si se enferma, la sociedad de las termitas está condenada a la extinción, por ello no puede ser tratada en su enfermedad como los demás, no puede ir a una EPS cualquiera, no puede hacer colas ni esperar una cita, ella, la Reina, debe ser atendida de inmediato,  por los mejores médicos para garantizar su bienestar, su buena salud, sin embargo no deja de haber una que otra obrera envidiosa que no entiende esto y desea que la traten igual, imagínense eso, si Reina solo hay una, pero obreras hay millones y todas son reemplazables, es fácil, la reina pone más huevitos y listo, mas obreras jóvenes y sanas lista para trabajar.

Los zánganos también requieren trato especial, pues su vida no es fácil, solo piensan en sexo y en libar las mieles de la sociedad, no pueden trabajar, no están hechos para eso, por eso se dedican a la política, pues de lo contrario su vida sería muy aburrida e inútil.

La educación, también tiene diferenciación social, pues una buena educación solo se puede dar a la reina y los zánganos para que estén en capacidad de tomar las mejores decisiones para la colonia, a las obreras solo se les puede educar para el trabajo, albañilería, agricultura, carpintería, etc., profesiones dignas y sumamente útiles en toda sociedad.  A algunas obreras se les permite aprender un poco más y se pueden profesionalizar, para que tengan la responsabilidad de hacer que todo funcione mejor, pero solo a algunas, por eso los cupos en las universidades están limitados, pues no todo es pegar ladrillos, pegar puntillas o sembrar yuca, sí señor, se requiere arquitectos que diseñen las casas, ingenieros que hagan puentes, médicos que traten a las obreras para prolongar su vidas útil y así le sirvan más a la sociedad, pero todo dentro de la misma escala social, la misma base de la pirámide, como lo establece el orden natural.

En Colombia nos parecemos mucho a las termitas, gracias a Dios, y por eso todo función relativamente bien, pero como en ella, hay igualados que quieren hacerse una Prostatectomia urgente en la mejor clínica del país como la Reina, igualados, no saben ocupar su posición, y otros quieren ir a la University of Oxford o Cambridge a estudiar, como si su destino fuera dirigir el país, no señor, no sean igualados, ocupen su lugar, aprendan que Colombia es una sociedad de termitas y que su papel, según las reglas de la naturaleza es trabajar, trabajar y trabajar.

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